"Me considero afortunado de haber tenido el placer de entrenar a Rob Gronkowski. Desde el día que lo conocí, ha sido auténtico, real y genuino. Su amor por la vida hizo que cada día fuera más divertido para las personas que lo rodeaban. Era el jugador de football ideal: fuerte, inteligente, competitivo y siempre jugaba mejor bajo presión.

Siempre sentiste que tenías la oportunidad de ganar con Rob en el campo; Él tenía ese tipo de impacto en el juego. Es uno de los pocos jugadores que pudieron controlar el juego ofensivamente, en el juego de pases y de carrera, y disfrutó de ser excelente en ambas áreas. Su actitud positiva, increíble energía y puro desinterés, hicieron una absoluta alegría y placer entrenarlo.

Extrañaremos sus contribuciones a nuestra ofensiva en el campo, pero tal vez más importante, será imposible reemplazarlo como compañero de equipo. Tengo un inmenso respeto por los sacrificios que hizo para ayudarnos a lograr nuestras metas como equipo, y estoy feliz de que pueda irse hoy en sus términos. Nunca habrá otro Gronk".

- Josh McDaniels